Poeta Saraí

Y llegó el mes de julio… 

Y con la fuerza del verano que deslumbra desde el sol que arde, que empapa de energía, de reconciliación, que inunda de vida hasta el corazón que se reconstruye y late de nuevo camino a la vida, a esa que es más fuerte que la muerte, que la contiene y la desafía, que la respeta y la acepta como esencia del todo que somos. 

Y este julio marca un nuevo ciclo, después de una despedida intensa llena de dolor y deslealtades, aparece y reaparece el amor que reconcilia, que enamora, que da sonrisas infinitas y se abraza de esas ganas que descubre nuevos sentidos. 

Las heridas dejan de doler y comienzo a curarme como dice María la Curandera, con amor del más bonito, entendiendo al fin que yo soy la medicina. 

Silvio Rodríguez reaparece en mi vida, para recordarme que sólo el amor alumbra lo que perdura, pero también aparece Valeria Castro para secar estos ojitos y conectarme con la necesidad de quedarme aquí cuidando la raíz; y así, las lágrimas que hoy humedecen estas letras son de un amor que nace maravillado como los ojos de esos chiquitos que nos hacen madres y padres, que vuelve a creer en lo que siente más allá de la voz que retumba en la razón que no es más que un espejismo de todo lo que no nos permitimos Ser.

Hoy les comparto tres poemas… de tres tiempos, despedida, presente y reencuentro.