
Volver a escribir, en medio del ejercicio de sobrevivir, no resulta tan sencillo como me imagine. La soledad del migrante es sin duda una de las cosas que más estrago produce en nuestras vidas emocionales, y sin embargo, es al mismo tiempo, la fuerza indescriptible que nos lleva a crear y creer y volver a crecer cuando parece que no hay posibilidades y esperanzas.
Aún no se bien que haré en este espacio, pero quiero darle vida, entre respiro y respiro, entre llantos y risas de cada día. Quizás, darle esa vida que se va perdiendo dentro de mí en esas mañanas oscuras que se convierten en un invierno permanente en medio de cualquier verano que pueda rodearme.
No me abandono, porque esa sería mi sentencia a muerte. Por eso insisto, jugando con las palabras que se aglomeran en las yemas de mis dedos y si no las dejo salir se pierden como quien se molesta y se aleja.
Hay días, como hoy, en los que soy capaz de mirarme desde fuera y me sorprendo al descubrir una Saraí que casi nunca reconozco cuando estoy dentro de mí; me gustaría saber de dónde sale tanta fuerza, porque el dolor si se perfectamente de dónde viene.
El 11 de mayo cumplí 4 años de haber llegado a Pamplona, y no pude a apenas y recordarlo, no porque se me olvidara, si no porque dolía tanto que hasta hoy no había sido capaz de sacarlo de mi cabeza y mi pecho; por que saben una cosa; el dolor del migrante se aloja en el pecho para vaciarlo y hacerlo completamente transparente, quizás porque nuestro dolor cree que si no se ve, dejará de sentirse tan hondo.
Lo cierto es que 4 años, 1 mes y 4 días, Pamplona, tres hijos, un divorcio, un despecho interminable, y 1494 días en los que pude seguir adelante.
Desnudar mi soledad
se ha convertido en un hábito
silencioso
tan oscuro y claro
que brilla tanto como llora
se me perdió el chinchorro
ese que debajo de la matica
por allá en cuyagua
me dejaba dormida
como si la vida
instantánea
nunca me robaría
tantas sonrisas.
Eskerrik asko
merci
thank you
gracias
vida
vida
vivida
insistentemente
mordisco a mordisco
sin perder nada
cuando se ha perdido todo.
Poeta Saraí
15 de junio 2026
Pamplona Navara
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